

Recuerdo una escena en el colegio… teníamos unos 16 años, estábamos en el laboratorio llevando adelante una clase de química y una de nuestras compañeras entró unos 10 minutos más tarde llorando. A partir de ese momento yo no pude seguir la clase. Para mí lo único importante era acompañar a esa niña en su dolor y llevarle calma.
Así empezó todo. Entendí que yo tenía un talento: conectar con lo invisible, la energía, las emociones, las vibraciones… porque para mí son el origen de todo, situaciones, circunstancias, relaciones. Son lo importante.
Una sonrisa, un leve movimiento de cabeza, un parpadeo, o el simple gesto de inclinarse hacia atrás en la silla... son fuertes mensajes acerca de quién es la otra persona.
Leo los movimientos del cuerpo, para mí son palabras.
Escucho la energía que se genera entre dos personas, es como música y ritmo.
A veces parece que voy en cámara lenta… en realidad estoy percibiendo varios lenguajes al mismo tiempo, por eso escucho atentamente y observo.
Decidí estudiar disciplinas relacionadas con la salud mental y emocional para organizar estas percepciones que nacen en mi naturalmente.
Mas tarde, la vida me fue llevando por diferentes caminos, trabajando como psicóloga primero y en empresas después... pero siempre con el mismo objetivo: desvelar lo que no se ve, acompañar a las personas dando forma y nombre a las situaciones que viven e integrarlas en sus vidas para salir fortalecidos, descubriendo su propio talento.
Así que hoy, integrando tantos aprendizajes, quiero ayudarte a diseñar tu vida para que vivas la vida que anhelas, como tú la quieres vivir.
